Cancún.- Aunque el año pasado, Gabriela López Pallares despreció a quienes votaron por ella en la fórmula con Candy Ayuso por la diputación del Distrito II, en el 2016 cuando era férrea militante del PRI, al no asumir la diputación local como suplente en su loca carrera por ser legisladora federal en ese entonces bajo la siglas del PRD; ahora se viste de naranja y es la candidata del Partido Movimiento Ciudadano por el Distrito VII a una curul local.
La “zar” de las licorerías en Cancún, no solamente ha aprovechado sus nexos con la política para obtener más de 20 permisos para abrir centros de vicio, sino que durante el sexenio del ex gobernador, Roberto Borge Angulo, obtuvo la patente de la notaría número 80 en Cancún; ahora busca obtener una diputación local, pero en otro distrito electoral, sabedora que tras el desprecio a la población del D-2, nadie votaría por ella y terminaría en un nuevo fracaso electoral como el del 2018.
Tras su salida del PRI en el 2018 para buscar una candidatura por Morena a la diputación federal, decidió emigrar hacia el PRD tras resultar con una baja aceptación en las encuestas hechas por ese partido y aunque ha usado el lema que es una mujer de esfuerzo y ha sobresalido desde abajo; lejos ha quedado la humildad al grado que aun y cuando su suplente es su hermana, la desconoce públicamente.
Ahora con la nueva cara naranja, Gaby Pallares como se hace llamar al desconocer su apellido paterno, busca engañar a la ciudadanía del Distrito VII de Cancún, mostrando una imagen diferente pese a que es conocida en el ámbito empresarial y político por su rapacidad y traición a quienes le brindan su apoyo.
GRACIAS a todos nuestros familiares y amigos que que acompañaron a Gaby a su registro!!
La terquedad es genética, seguiremos insistiendo.!