
Por: Carlos Barrachina Lisón
Durante la campaña electoral, como muchos otros, me creí la imagen que “vendía” Carlos Joaquín González. De verdad, pensé que estaba interesado en el estado y en su gente. A pesar de muchas críticas, que tuvo en campaña, CJ fue un buen candidato… y tuvo la capacidad para convencer (un carisma difícil de definir, pero que transmite confianza y credibilidad).
Pensé que era sincero su “cariño” y su “identificación con el Estado”. Ahora, lamentablemente, no estoy tan convencido…
El dilatado tiempo que ha pasado en diferentes encomiendas, en la ciudad de México, le han hecho comprender la dinámica política nacional, e integrarse a la misma con bastante soltura,
Es consciente, de que le debe los favores a Moreno Valle, pero se reúne y aparece públicamente con todo líder político del PAN, del PRD, e incluso del PRI, que quiera tomarse una foto con él. Esa es parte del “oficio” del político, y del mantenimiento de una coalición “contra-natura”.
Sin embargo, sus alianzas, y sus consejeros más cercanos, le hacen mostrar de cara al público, que piense que el estado de Quintana Roo es un “rancho”, repleto de ignorantes. No me agrada ser tan contundente en este argumento; pero cada vez tengo menos dudas al respecto.
El resultado electoral que le llevó al triunfo, y sobre todo las razones que llevaron a la gente a votar a favor de su persona, le deberían convencer de lo contrario. Pero quizás ello es consecuencia de estar rodeado de gente que no entiende el estado: bien por no haber residido en él, bien por vivir en una “burbuja económica” irreal, bien por su escasa capacidad intelectual, o por señalar lo que quiere escuchar el “patrón”.
¿Por qué las noticias importantes las reserva el Gobernador para la prensa nacional? Unos señalan que es por tener mayor audiencia. Otros, porque no hay prensa “confiable” en el estado. Las preguntas de la prensa nacional no son cómodas para él. En ese escenario no tiene a la vocera del gobierno para escribir sus boletines. ¿Entonces, por qué se avienta a conceder entrevistas fuera del estado, y desconocer la realidad local? Eso no sería admisible en la mayoría de los estados de la República.
No hay otra explicación que pueda visualizar que al Gobernador le atraen las “grandes ligas”, y piensa que los medios de comunicación local no tienen la categoría suficiente para tratar con él. Es como que no tuvieran “pedigre”: la prensa quintanarroense es “malix”. Esto es muy grave porque es una falta de respeto hacia la ciudadanía. CJ se deja ver con el “pueblo”; pero, ¿“escucha realmente” ?, o también piensa que la “raza” no tiene importancia, y por eso escucha a sus asesores que cargan con el “pedrigre” al que está acostumbrado, y que no conocen las entrañas del pueblo. Eso lo compensa con el nombramiento de funcionarios locales, muchos de los cuales destacan por sus escasas dotes políticas, e incluso por su limitada capacidad intelectual (éstos por supuesto no le van a cuestionar).
Moreno Valle inició su gobierno en Puebla con mal pie. Desde un inicio contrató a una firma italiana de software que lleva por nombre “Hacking Team”. En el año 2013 estalló el escándalo porque tanto el CISEN, como otros Gobernadores habían contratado estos servicios.
Se reveló que el Gobierno de Puebla había adquirido un equipo de vigilancia y lo había utilizado con fines de espionaje político. Espió a contrincantes políticos, periodistas, y académicos a través de un virus informático (exploit) y software de recolección de información que compró a la empresa italiana.
Entre mayo del año 2013 y junio del 2014, está demostrado, que utilizando el Sistema de Control Remoto Galileo, se vigiló ilegalmente a opositores. De hecho, este sistema se utilizó de forma expresa en las elecciones internas del PAN, en las que Moreno Valle traicionó a Ernesto Cordero, aliándose con Gustavo Madero.
Hoy Bartolo Domínguez publica en “Agencias de Quintana Roo” la columna: “Espía Carlos Joaquín a los Quintanarroenses con alta tecnología”. Creo que Domínguez, confunde el software financiero que proponía Vergara (que tuvo muchos problemas de instalación en estados como Puebla o Yucatán); con un servicio de espionaje, que también se ha oído que pretende ser instalado en Quintana Roo (para no perder la costumbre iniciada en gobierno anteriores).
Sin embargo, me genera un par de preguntas:
- Había entendido que al final el software de 380 millones no se había adquirido. ¿Se logró comprarlo? ¿Sirve esta tecnología para inteligencia política? ¿Se ha licitado, o anunciado la adquisición de otro tipo de tecnología con fines de espionaje, o de “seguridad”?
- Tengo entendido que en la lucha por controlar la información política interna (espionaje); Miguel Ramón perdió la batalla con Juan de la Luz. ¿Es este punto cierto?
La gente del C-4 y del Secretariado Ejecutivo es gente del líder del grupo de TEPITO, y por allá parece que se está canalizando el espionaje político. Miguel Ramón no tuvo éxito en colocar a Alcérreca como Director General de Gobierno (qué bueno, por cierto). En este escenario el Secretario de Gobierno está pintado… ni pincha ni corta…
Si alguien pudiera aclarar los detalles sería de mucha utilidad; en cualquier caso, y aunque el espionaje político no sólo no debe existir, sino que está penado (que le pregunten al CISEN), vaya oso que cometieron al no prever la poca participación de gente en la marcha del día 15 de diciembre…y hacer que el Gobernador reaccionara de la forma en la que lo hizo.
Concluyo esta columna sobre la intención de Carlos Joaquín de no abandonar las “grandes ligas”, planteando más preguntas sobre la macro fiesta del personaje de moda en Quintana Roo. Después de ver las fotos publicadas hoy por El Universal, sobre Juan Vergara me surgen dos preguntas:
1: ¿Si la fiesta lo pagó con sus fondos personales, porque aparece el logo de México Travel Channel en el carrito de golf? ¿Será que ellos fueron los que corrieron con los gastos y el gobernador de Quintana Roo no tuvo toda la información para responder de forma veraz en televisión nacional?
- ¿Sigue Juan Vergara al frente de una empresa que ha facturado millones con las anteriores administraciones quintanarroenses? ¿No es eso incompatible, e incluso pudiera ser calificado de tráfico de influencia? ¿Sigue trabajando esta empresa para el estado de Quintana Roo?
La verdad es que da un poco de pena ajena ver la inexperiencia política con la que se maneja nuestro flamante secretario de finanzas.
Sus actitudes afectan de forma directa a dos gobernadores: Rafael Moreno Valle, con aspiraciones presidenciales; y Carlos Joaquín González, del que todavía esperamos que cumpla con su iniciativa de medir el rendimiento de sus funcionarios, y conservar a los que realmente sirvan de forma efectiva y eficiente a la gobernabilidad del estado.