Por: Jesús Amador
Chetumal.- Pedirle a Othoniel Segovia Martínez que intente desempeñar con profesionalismo la alta encomienda que por fortuna ostenta es como pedirle peras al olmo, porque de manera cotidiana nos ha dejado constancia carecer de la vocación de servicio.
Resultaría difícil enumerar los yerros cometidos durante su paso como alcalde interino de Othón P. Blanco y burdo explicarlos porque han sido el pan de cada día, mejor nos abocaremos al que hizo ayer miércoles 20 de agosto durante una de sus escasas giras realizadas a la zona rural.
En la comunidad de Dos Aguadas, Othoniel -no «tontoniel» como muchos Chetumaleños se dirigen a él- se reunió con delegados y alcaldes de la zona limítrofe, pero no fue para pagarles sus quincenas atrasadas, mucho menos para llevar medicamentos contra el Covid-19 o entregar recursos económicos para que los campesinos enfrenten la severa crisis que los afecta, fue meramente a saludarlos, prometerles por enésima ocasión apoyos logísticos y entregarles balones deportivos.
No cabe duda que Othoniel Segovia esta perdido, no encuentra la brújula ¿Pará qué entregar material deportivo si se supone que está prohibido utilizar los espacios deportivos para hacer deporte?
¿Será que en esta ocasión salga el director de deportes pompeyense, Héctor Herrera Valerio a refutar la acción de su patrón como lo ha hecho con otros chetumaleños que han tenido la osadía de acudir a espacios deportivos a buscar ejercitarse durante esta pandemia?
Sin dudarlo a este alcalde le viene como anillo al dedo la célebre y famosa frase hecha por el comediante, Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como «Chespirito». ! Qué bruto, póngale cero¡