Por: Jesús Amador
Cancún.- ¿Cuál o cuáles habrían sido los motivos para que la cúpula nacional morenista decidió cambiar -de manera ipso facta-, a Jorge Parra como su dirigente interino en Quintana Roo? Según los pitonizos son dos.
El primero que surge en escena y el cual era vox populi, es que a pesar de desempeñarse como «entrenador en jefe» del equipo guinda, Jorge Parra nunca se preocupó por trabajar en equipo con los grupos políticos que gobiernan Cancún y Playa del Carmen, y mucho menos aportar o fortalecer las campañas de Mara Lezama y Laura Beristain, sino al contrario, siempre se hizo de la vista gorda (ojo, no daba su anuencia, bueno al menos eso se presume) para que los «marybelistas» cuestionaran y descalificaran al libre albedrío la campaña proselitista de Morena en Benito Juárez.
El segundo motivo del repentino cambio de Jorge Parra, y que podría ser considerado el más viable, es que desde ahora el grupo de morenistas contrarios a Marybel Villegas comenzaron a «limpiar el camino» para la elección del 2022, donde estará en juego la gubernatura de Quintana Roo.
Trascendió que las altas esferas del poder fáctico que gobierna el país dieron «luz verde» para enfilar desde ahora el «proyecto político» que tienen preparado para gobernar Quintana Roo en el 2022.
Entonces: ¿Podemos decir que la salida de Jorge Parra y la llegada del «marista», Humberto Aldana a la dirigencia estatal de Morena forma parte de los primeros movimientos del ajedrez político emprendido por los jerarcas guindas, quienes pretenden dar el «jaque mate» en junio del 2022?
Tiempo al tiempo…?