Por: Jesús Amador
Chetumal.- Hernán Villatoro Barrios no está conforme de haber desacreditado al PT en Quintana Roo y de ser el principal artífice por la pérdida de su registro en la entidad, ahora, con todo el cinismo del mundo y respaldado por una dirigencia nacional ajena a los intereses de sus agremiados, se reeligió por tercera ocasión como dirigente en el Estado.
Imitando al nefasto lidercillo, Isidro Santamaría Casanova, quien se ha perpetuado en la dirigencia del CTM-Quintana Roo, Villatoro Barrios se alista para cumplir su tercer periodo como mandamás de lo que queda del PT en la localidad.
Es obvio que Hernán Villatoro arrastra más negativos que positivos durante sus dos primeras gestiones, suficientes para no ser reelecto y sí al contrario, abrirle una investigación ministerial para cotejar si los bienes muebles e inmuebles que poseen podrían ser obtenidos por el salario que ha devengando.
Contrario a lo que ocurría hasta hace unos años, cuando eran la principal fuerza política en la zona rural de los municipios de Othón P. Blanco y Bacalar, hoy en día el Partido del Trabajo en Quintana Roo da pena, deambula como las «cortesanas» buscando a quien venderle su amor.
Pero será una misión imposible y más ahora que sus principales activos han abandonado el proyecto, la mayoría se cansó de esperar la democracia al interior del PT y ahora defenderán otros colores.
No cabe duda que Hernán Villatoro pretende sacarle todo el jugo posible a la franquicia, cosa que se antoja difícil que suceda ahora con el gobierno de Carlos Joaquín González, simple y sencillamente porque los «tres votos» del PT (Villatoro Barrios, Lorena Martínez Bello y Mauricio Morales Beiza) no representan nada en el actual panorama político estatal.