Por: Jesús Amador
Chetumal. – Obsesionada en legitimar su gobierno ante los cancuneses -cosa que hasta el día de hoy no consigue-, Mara Lezama sigue desacreditando su imagen como presidenta municipal y ahora lo hace al refinanciar la deuda pública heredada por la administración de Remberto Estrada Barba, cuyas cuentas no auditó.
Es entendible la falta de tacto político de la alcaldesa, porque en sus primeros meses de gestión ha cometido garrafales pifias, superando por mucho al carismático y populachero, Juan Ignacio «Chacho» Zalvidea, quien, así como decía una cosa, decía otra. Pero es inaceptable que a ella y a sus asesores se les pase por alto tremendos yerros que han provocado un estrepitoso desplome de su popularidad.
Es obvio que al municipio de Benito Juárez (Cancún), así como otros de Quintana Roo y del propio gobierno estatal, le mega urgía refinanciar la deuda pública para contar con solvencia financiera a fin de atender apremiantes, pero debió hacerse de manera transparente, con inteligencia, mucha cautela y antecedido con los resultados de las auditorías que supuestamente debían realizarle a la administración pasada.
Pero no fue así, al menos hasta el día de hoy el gobierno de Mara Lezama no ha hecho público los resultados de las auditorías realizadas al gobierno de Remberto Estrada y peor aún, se desconoce si interpusieron demandas penales por desvío de recursos económicos o de otra índole y será difícil que las hagan porque la semana pasada venció el plazo estipulado en la Ley.
Mara Lezama debió seguir el ejemplo de Carlos Joaquín, quien, en el 2016, dias después de asumir la gubernatura, formalizó demandas penales contra ex funcionarios del gobierno de Beto Borge a quienes metió a la cárcel y posteriormente refinanció la deuda pública, acción que le sirvió para ganarse «el aval» de los quintanarroenses.
La psicosis y urgencia que trae Mara Lezama para que los cancunenses avalen su gobierno provoca que cometa pifia tras pifia, mismas que la están llevando a ser catalogada como una presidenta municipal parlanchina, carente de liderazgo, acomodadisa, pero, lo peor de todo esto, menospreciando los principios básicos de la doctrina que pregona el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
¿De qué magnitud fue el pacto celebrado con el ex alcalde Remberto Estrada? Seguramente fue inmenso $$$. Quizá de cifras incalculables o negocios exorbitantes, únicamente de esas formas podríamos entender los motivos por los cuales Mara Lezama ratificara a varios ex directores verdes en su gobierno y que, hasta el día de hoy, no interpusiera demanda alguna por desfalco al erario público cancunense.
Amable lector, si quiere mal pensar hágalo, las cosas se juzgan por lo que se ve y hasta el día de hoy Mara Lezama ha dado margen para que los cancunenses deliberen y saquen sus propias conclusiones, las cuales en su mayoría seguramente serán negativas por el accionar de la alcaldesa.
Cuánta razón encierra lo expresado por la regidora Niurka Saliva de Sánchez, quien en par de ocasiones ha criticado a Mara Lezama por gastar más de 20 millones de pesos en asesoría para refinanciar la deuda pública. ¿No que su administración es austera? ¿No que recibió un municipio quebrado económicamente hablando?, insisto, seguramente el negocio es muy, pero muy grande.
Tiempo al tiempo…