Por: Jesús Amador
Chetumal.- Seguramente que al final de la feroz lucha que mantienen diversos grupos políticos por obtener el control del PRI-Quintana Roo
habrá un triunfador y este, si la aritmética que hicieron los verdaderos dueños de la franquicia con el gobierno en turno no falla, será
alguien ajeno a Raymundo King de la Rosa quien tomará el control y palomee las candidaturas a las presidencias municipales, las cuatro
diputaciones federales y la fórmula al senado de la república en el 2018.
Atrapado en la huerfanidad, Raymundo King no logró abrir los ojos para ver y aceptar que ha perdido el poder de facto que tuvo en el sexenio
de Beto Borge y que ahora, necesariamente, necesita capacidad política para estar a la altura de las circunstancias, pero desgraciadamente no
es así, su egolatría, impopularidad y falta de sensibilidad social no le permiten visualizar el escenario político quintanarroense.
En lugar de dialogar con sus colegas priistas quienes ya no lo quieren como su dirigente, Raymundo King los ataca, los difama y no pierde la
oportunidad para desacreditarlos o exhibirlos. Hasta el día de hoy no entiende que su verdadera responsabilidad como líder del PRI-Quintana
Roo es practicar la democracia, incentivar la participación de sus agremiados y consolidar verdaderos cuadros políticos para contender en las
próximas elecciones.
Es entendible la postura de Raymundo King quien, a como sea y a costa de lo que sea, pretende seguir en la dirigencia cuando menos hasta abril
del 2018 con la finalidad de tener oportunidad de negociar espacios políticos con el candidato a la Presidencia de la República, pero se
antoja difícil su acometido debido al multitudinario rechazo de priistas que piden, claman y gritan que ya deje la dirigencia estatal.
Amén a la presión que sigan haciendo “los revoltosos y malqueridos” (así llaman a los priistas inconformes), Raymundo King debió cuidarse de
personajes reconocidos en la política quintanarroense, quienes aprovechando amistades con integrantes de la dirigencia nacional del PRI
lograron llegar con el gobernador, Carlos Joaquín González. Son estos quienes ya “tendieron la camita” y presumen que es cuestión de días
para “velar” el cuerpo del multicitado.
Y hasta cierto punto resulta obvio tal situación porque Raymundo King ha demostrado no ser el idóneo para encabezar la resurrección del PRI en
el 2018. Su actuar como coordinador de la fracción parlamentaria en la XV Legislatura deja mucho que desear y se ha desgastado en demasía con
las líderes de colonia y la militancia.
Resulta creíble la versión que corre en la ciudad, en el sentido que el dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, envió destacados priistas
quintanarroenses para acordar o pactar asuntos políticos-partidistas con la administración del gobernador, Carlos Joaquín.
Bien dicen que no hay peor ciego quien no quiera ver…