Por: Jesús Amador
Chetumal.- Tal parece que la alcaldesa del municipio de Benito Juárez, Mara Lezama, aun no comprende o entiende que su triunfo en las elecciones pasadas fue porque la gente votó por un verdadero cambio, que los cancuneses la eligieron para hacer cosas diferentes y porque confiaban en que mejorarían su nivel de vida, cosas que no ha cumplido en sus primeros 40 días de gobierno.
Desde el primer día de administración, la presidenta municipal del principal destino turístico de Quintana Roo, México y del Caribe, ha cometido yerros que ofenden el intelecto de los benitojuarenses. Proponer rebautizar al municipio de Benito Juárez por el de Cancún y rentar patrullas sin licitación de por medio, fueron los primeros movimientos que enfurecieron a los cancuneses, pero el de hoy, el de entregar los cuerpos policiacos municipales al gobierno del Estado, a través del mando único, es sin duda, lo peor que ha hecho y el que difícilmente le perdonarán sus gobernados.
¿En qué estaría pensando Mara Lezama al aceptar la recomendación de “entregar” la seguridad de Cancún al gobierno estatal? Lo pregunto porque se trata de una acción más que delicada, no únicamente es por la cuestión de seguridad, es un asunto que trae grandes dimensiones políticas y de autonomía municipal.
¿A caso los cancuneses eligieron a Mara Lezama para que sólo sea la presidenta municipal que firme los cheques, se tome las fotos con la socialite, inaugure obras y entregue apoyos escolares y sociales? Creo que no, la eligieron para que ella decida el rumbo de la seguridad pública, dirija el crecimiento urbano de la ciudad y atienda las apremiantes más rudas que surjan en la vida cotidiana del citado municipio, esas fueron sus principales propuestas de campaña, eso ofreció.
Con estas acciones, Mara Lezama demuestra ser una política temerosa, tibia, acomplejada y sin tacto, lo cual son malas señales para los cancuneses, porque a través de estas les comunica que se equivocaron en elegirla para presidir el municipio más poderoso de Quintana Roo.
Es obvio que el tema de la seguridad pública es una “papa caliente” en Benito Juárez y también en otros municipios, principalmente en Solidaridad y Tulum, pero no por ello Mara Lezama tenía que “entregarse” como lo hizo, insisto, políticamente mal medido, porque ha provocado que sus gobernados murmuren que de haber sabido como actuaría, mejor hubiesen votado por otro candidato que no tenía necesidad de usar antifaz para «cuadrarse» y obedecer la actual política estatal.
Y es que Mara Lezama no tiene ningún argumento justificable -políticamente hablando-, con el cual convenza a los cancuneses y en caso particular, a los morenistas, por haber entregar la seguridad pública al Estado, ni decir que se trató de una indicación del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, porque de ser así, también el municipio de Solidaridad, que preside la lopezobradorista, Laura Beristaín Navarrete, hubiera hecho lo propio con lo del mando único. Y pudo esperar hasta después del 1 de diciembre para tomar esa decisión trascendente siguiendo la política pública que en materia de seguridad implemente AMLO.
Entonces, valdría la pena que Mara Lezama analice su actuar porque una cosa es buscar alternativas para garantizar la seguridad de los cancunenses y otra, entregarle “las llaves de la casa” a una persona desconocida, porque en el futuro inmediato se corre el riesgo de no sólo tener un plantón de policías, sino una corporación minada de “halcones”, delincuentes y narcotraficantes.
Tiempo al tiempo…