Por: Jesús Amador
Chetumal.- La falta de verdaderos operadores políticos en la administración estatal quedó de manifiesto la semana pasada cuando el gobernador, Carlos Joaquín González tuvo que hacer un espacio en su agenda para atender de manera personal a los dirigentes del PRI y PVEM de Quintana Roo, quienes en el presente plano político estatal representan la oposición al gobierno.
Resulta obvio que las cuentas entregadas por varios de los funcionarios de la confianza de Carlos Joaquín no han sido buenas en estos primeros siete meses, principalmente del Secretario de Gobierno, Francisco López Mena y del encargado del despacho del Ejecutivo, Miguel Ramón Martín Azueta, quienes desde antes de asumir funciones (26 de septiembre del 2016) ya se hacían cargo de la encomienda.
La sorpresiva reunión que el viernes pasado sostuvo el Gobernador con los dirigentes del PRI y PVEM, Raymundo King de la Rosa y José de la Peña, respectivamente, puso en evidencia la labor tanto de López Mena como de Miguel Ramón, al primero porque en teoría es de suponerse que debe mantener comunicación constante o fluida con los líderes políticos de Quintana Roo y al segundo, porque ha sido el responsable de hablar y comprometer acciones en nombre de Carlos Joaquín.
Políticamente hablando se entiende la demora de Carlos Joaquín para dialogar con los diferentes actores políticos de Quintana Roo porque esa responsabilidad se las confirió a López Mena y Miguel Ramón, pero su intervención, además del mensaje político trae consigo varios menesteres principalmente uno: el de garantizar la gobernabilidad y estabilidad política de su gobierno.
A escasos cuatro meses de presentar su primer informe de gobierno, Carlos Joaquín está consciente que los grupos políticos y económicos de Quintana Roo podrían crear incertidumbre con temas torales como el combate a la corrupción y el encarcelamiento de los anteriores funcionarios que presuntamente saquearon las finanzas del Estado. Y aunque han sido denunciados estos podrían ser utilizados como «carne de cañón» para azuzar a los quintanarroenses porque las investigaciones o pesquisas para atraparlos avanzan muy, pero muy despacio.
Carlos Joaquín lo sabe y desde ahora trabaja al respecto. Él sabe que además del PAN y PRD debe mantener un dialogo abierto y permanente con el PRI y PVEM para evitar cualquier desaguisado en los próximos meses, máxime ahora que con Morena de José Luis Pech Varguez no tendrán un puente de comunicación.
Ante tal escenario y debido a lo saturada de su agenda, es casi un hecho que Carlos Joaquín busque, contrate o implemente otros operadores políticos que en verdad logren el acometido y ayuden a cumplir con la encomienda, porque son pocos los funcionarios del gabinete legal y ampliado de quienes puede confiar como el titular de Sefiplan, Juan Vergara Fernández o el de Sintra, Jorge Portilla Manica, entre otros.