Chetumal.- En días pasados un medio de comunicación local destapó la grave irregularidad en que incurrió un integrante del Comité Directivo de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Delegación Quintana Roo, dando a conocer un documento de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC ) – agrupación contraria a la Cámara- en el cual se constata que el actual tesorero de la CMIC, Josué Osmany Palomo Hoil, participó en una apertura de licitación por la Secretaría de Obras Públicas, representando a una institución totalmente opuesta y con intereses similares a la Cámara donde hoy ocupa uno de los tres cargos de mayor peso dentro del Comité Directivo.
Y para tener una distinción como comisionado, por obviedad es un hecho que Osmany Hoil es miembro inscrito a la asociación de constructores de la AMIC, a través de la empresa Sarapaho S.A. de C.V., quien tiene como representante legal a Sara Sala Ramírez. El nombre de la empresa demuestra la relación como socio con Josué Osmany Palomo Hoil, «Sara» -primer nombre de la representante legal- y «Paho» -por Palomo Hoil-.
Esta acción viola los Estatus Rectores y el Código de Ética de la CMIC, desobedeciendo los principios y valores que rigen a este organismo empresarial. El Art. 3 de los Estatutos Rectores refiere lo siguiente: «Los presentes Estatus, en los términos de la Ley, regulan la organización interna y el funcionamiento de la Cámara. Su ámbito territorial de aplicación corresponde a la circunscripción nacional y son de observancia obligatoria para todos. De igual observancia obligatoria serán el Código de Ética, así como los Lineamientos, Políticas y/o Manuales Técnicos Operativos que se deriven de estos Estatutos, extendiéndose estos como los Principios de la Cámara» (Sic).
Además, el Código de Ética de la CMIC señala en su objetivo que «es responsabilidad de todo afiliado a la Cámara realizar prácticas compatibles con la probidad y honradez en la industria de la construcción»; no obstante Josué Osmany Palomo Hoil, en Julio del 2019 registró a la empresa «Sarapaho» S.A. de C.V. ante la AMIC a 6 meses de que se celebren las elecciones al Comité Directivo 2020-2022 en Asamblea Estatutaria de CMIC, en donde participó en la planilla como aspirante a tesorero.
Esto indica que a sabiendas de que tenía inscrito a una empresa en una asociación contraria a la CMIC, engañó al Comité Consultivo quienes fueron los responsables de expedirle su Carta de Buenas Prácticas Empresariales la cual exige estrictamente los Lineamientos Estatutarios para el proceso de elección.
Por otro lado, quebrantó el principio cuarto de Honestidad del Código de Ética en su Punto 1: «Actuar con apego a la verdad aunque se afecten nuestros intereses personales o de grupo, para fomentar la credibilidad de la industria de la construcción y de la sociedad en general y contribuir a generar la cultura de confianza», y también el Punto IV «Prácticas de relación hacia al exterior y con terceros», en su Práctica 8 misma que indica: «…la CMIC como única cámara empresarial que representa al sector formal de la construcción, autorizada por la Secretaría de Economía, no fomentará las prácticas desleales con asociaciones o sociedades que tengan fines similares o contrarios a los de la institución y busquen el desprestigio de la misma…»
Es así que aseguran esa deslealtad debará ser juzgada por el Comité Consultivo de la CMIC y por la Comisión de Honor y Justicia del órgano camaral a nivel nacional.
Existen antecedentes en delegaciones del país -y Quintana Roo no es la excepción- sobre sanciones que han acabado en la expulsión de la Cámara, y en este caso, primeramente la destitución inmediata al cargo de la tesorería.
Se sabe que Josué Osmany Palomo Hoil forma de parte de una lista negra de empresarios de la construcción que tienen cerradas las puertas por las instituciones del gobierno estatal que generan obra pública. Las ríspida relación y las exigencias con tintes mediáticos ha hecho que actualmente carezcan de oportunidades de trabajo para sus empresas.
Debido a esta situación han creado nuevas empresas asociándose con terceros para pasar desapercibidos y no figurar en concursos de licitaciones, así como cometiendo actos desesperados aunque eso signifique transitar por los caminos de la perfidia para satisfacer intereses personales.
Sarapaho S.A. de C.V. se encuentra inscrita ante el Registro del Padrón de Proveedores del Gobierno del Estado con el folio 0197; en 2018 a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujer a cargo de la Fiscalía General del Estado (FGE) fue beneficiada como proveedora por un monto $147, 006.80 pesos. A su vez, en 2019 fue partícipe en la obra denominada «Rehabilitación del Parque de la comunidad de Caobas» ejecutada por el H. Ayuntamiento de Othón P. Blanco, con número de procedimiento OI-OPB-029-2019.
Bien reza el refrán que «la cuña apriete tiene que ser del mismo palo», y en CMIC hay un ejemplo claro. Las traiciones, deslealtades y falta de ética en el quehacer empresarial se ha convertido en un práctica a modo aunque para ello implique echar por la borda los principios y valores que tanto dicen promover. La CMIC una institución cuyo desprestigio se agudiza y la debacle va en caída libre al precipicio.