
Por : Jesús Amador
Chetumal.- Resulta válida la pugna política generada por el tema del cambio de nombre del municipio de Solidaridad al de Playa del Carmen, pero sinceramente creo que aunque se escuche ambiguo, la gente opositora a tal propuesta necesita trasmitir cordura y sobre todo, apertura para escuchar los motivos por los cuales se empuja citado cambio de nombre, antes de atrincherarse en una defensa a ultranza.
Para empezar, basta recordar que este dilema, el de cambiarle el nombre al municipio para consolidar la marca Playa del Carmen, no es nuevo, lleva varios años. Y los motivos son simples por los cuales los mercados turísticos, económicos y los propios habitantes buscan fijar tal nombre: Hacerlo más atractivo.
Insisto, el tema no es nuevo, desde el 2005, recién comenzaba el sexenio de Félix González Canto, ya existía la propuesta para eliminar el nombre de Solidaridad, pero en aquellos tiempos querían rebautizarlo como “Riviera Maya” y no Playa del Carmen.
Ni duda cabe que cuando se cambie el nombre, el municipio de Playa del Carmen brindará mayor identidad a sus habitantes, por ser una ciudad pegada a la playa y tener de patrona a la Virgen del Carmen.
En el plano comercial y turístico no tendría problemas para posicionarse entre las marcas más conocidas en el plano nacional e internacional.
No vemos por dónde, los opositores sigan usando que con el cambio del nombre, se borre la historia de sus fundadores, la cultura e identidad, y tengan que hacer pagos adicionales para cambiar documentos personales o administrativos.
Esos argumentos expuestos son como los “cuentos chinos”, bastaría con explicarles y enterarlos cómo se dió el cambio del nombre del Distrito Federal al de CDMX, ahí a pesar de ser la metrópoli más grande del país, tal modificación se llevó a cabo sin altercados y hoy enfrenta nuevos desafíos.
En Quintana Roo, también existe otras inquietudes parecidas a la de Playa del Carmen. Como cambiar el nombre de Benito Juárez por el de Cancún y el de Othón P. Blanco por Chetumal, pero fueron aplazados por cuestiones históricas y que en verdad representan sentimientos encontrados por lo hecho por ambos personajes. Cosa contraria a lo que hoy se vive en Solidaridad, cuyo nombre proviene de un programa asistencial sexenal que únicamente sirvió para mantener cautivo el famoso “voto verde” en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Aunque una gran mayoría de Solidaridenses está de acuerdo, no sería descabellado pensar en hacer un referéndum o plebiscito para definir el nombre del octavo municipio de Quintana Roo. Y también, valdría precisar que de acuerdos a las actuales leyes, son los regidores del ayuntamiento de Solidaridad 2024-2027, quienes tienen en sus manos tremenda responsabilidad, es decir, formular la iniciativa para enviarla a la Cámara de Diputados de Quintana Roo.
Se animarán los concejales a dar tremendo paso, o dejarán la responsabilidad al pueblo?
Tiempo al tiempo…