
Por: Jesús Amador
Chetumal.- Se desconoce el desenlace que tendrá el paro magisterial en Quintana Roo cuando se retorne de vacaciones -se da por descontado que sea el lunes 28 de abril-, pero valdría la pena puntualizar que tras 56 días de inactividad no hay triunfadores o derrotados, al final de cuentas lo más importante es que los escolapios regresen a las aulas, y obviamente, que los maestros encuentren el eco a sus demandas laborales.
Hablar de Xavier Méndez y de otros maestros (as) que encabezaron el Comité Estatal y municipales de Lucha Magisterial, o de la Secretaria de Educación, Elda Xix, u de otro funcionario, sería caer en diatribas que no enarbolan en nada para solucionar la problemática, que hoy en día debe ser una prioridad para ambas partes.
Queda claro, tanto a este escribiente como seguramente para la mayoría de los quintanarroenses, que la urgencia es retornar a clases, rescatar el plan de estudios y reforzar lo que se deba hacer para borrar este gris episodio en la vida educativa estatal.
Ojalá que este enorme lapso de tiempo (dos meses) haya servido para encontrar una solución definitiva al problema magisterial estatal, y evitar dar “mejoralitos” cada vez que se presente de nueva cuenta la enfermedad.
Es urgente que el gobierno federal resuelva la demanda del gremio magisterial de México y el gobierno de Mara Lezama satisfaga las necesidades o apremiantes de los maestros quintanarroenses, pero también que los mentores entiendan que no les pueden seguir pagando “lunas de miel” o prebendas.
Entonces, únicamente nos queda “miral como chinitos” y preparar a los chamacos para llevarlos a la escuela, porque resulta insensato sostener un intercado o confrontación entre quienes insisten en mantener el paro magisterial y los que quieren retomar a las aulas, porque la urgencia es y debe de ser, recuperar el tiempo perdido.
Tiempo al tiempo…