Por: Jesús Amador
Chetumal.- Al aprobar la reforma a la Ley de entrega y recepción de los Poderes, Órganos Autónomos y Ayuntamientos, Quintana Roo se puso a la vanguardia en el combate a la corrupción y rendición de cuentas en el país, caminando en la misma vía donde transita el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con su política de transparencia y austeridad.
Más que alabarlo, es digno reconocer el trabajo realizado por los integrantes de la Comisión de Puntos Legislativos y Técnica Parlamentaria de la XVI Legislatura, de manera particular al diputado petista, Roberto Erales Jiménez, quien con el respaldo de expertos en la materia «nutrieron» esta Ley que suplirá a la establecida en 1975, es decir, la vigente hace 46 años.
Insisto, la odisea para sacar citada Ley de vanguardia fue complicada, requirió más de 4 meses para obtener el consenso y subirla al pleno, tomando en cuenta que el pasado 12 de julio aprobaron la reforma a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y más de 40 leyes estatales.
Ojalá que esta reforma en materia de legislación administrativa logre su principal acometido: hacer que los gobiernos transparenten y otorguen certeza jurídica a la entrega y recepción de todos los poderes y entidades que manejan recursos públicos.
No cabe duda que la reforma está altura de la 4T, pero es obvio que se requieren quintanarroenses comprometidos con la honestidad para ser aplicada.
¿Podremos ver en un tiempo no muy lejano a algún presidente municipal en Quintana Roo emanado de la 4T guiarse con este decálogo?
Tiempo al tiempo…