Por: Jesús Amador
Chetumal.- Años después de ser parte medular para armar la estructura política-legislativa del «joaquinismo», ahora el camaleonico ex diputado perredista, Emiliano Ramos Hernández se ha convertido en «los ojos» de la Secretaria General de Morena, Clitlali Hernández, en Quintana Roo, para ver si le sueltan una candidatura.
Desde su arribo al Poder Legislativo, en septiembre del 2016, a donde llegó por la vía plurinominal, Emiliano Ramos hizo mancuerna con el panista, Eduardo Martínez Arcila, para enterrar de tajo todo lo que olía al priismo borgista y crear los cimientos del mal llamado «gobierno del cambio», que hasta el día de hoy gobierna Quintana Roo a través de Carlos Joaquín González.
Desde la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública de la XV Legislatura, el hijo del célebre y bien recordado ex líder croquista, Salvador Ramos Bustamante, se encargó de crear «cortinas» y leyes a modo a fin de sentar las rieles para consolidar el nuevo sistema político en Quintana Roo, obviamente, bajo la tutela del PAN y PRD, pero algo falló ya que citado gobierno navega a la deriva e inmerso en el descrédito entre la mayoría de los quintanarroenses.
Con el control total del PRD en Quintana Roo, de golpe y porrazo Emiliano Ramos se convirtió en uno de los principales operadores políticos del gobernador en el Congreso del Estado, situación que le permitió gozar de un poder desmedido a tal grado de colocar a su esposa en una subsecretaría de gobierno y a su cuñado en la dirección del Instituto Estatal de Educación para los Adultos (IEEA), entre muchas otras prebendas.
Emiliano Ramos dio el «VoBo», junto a la hoy senadora, Mayuli Martínez Simón, para crear el exceptico y desacreditado sistema estatal anticorrupcion. También hizo todo el teje y maneje para imponer al contador Manuel Palacios como titular de la Auditoría Superior de Quintana Roo.
Se desconocen a fondo los motivos por los cuales desde principios del 2018, Emiliano Ramos, se alejó del equipo joaquinista. De la noche a la mañana de x día, citado politico ya se autonombrada lopezobradorista por convicción y eterno seguidor de Morena.
Se presume que las cosas no han sido fáciles para el buen Emiliano para enarbolar causas o luchas guindas, porque en el 2019 fracasó en su intento por alcanzar una candidatura, obligándolo a pensar seriamente seguir en misma ruta, como quedó al descubierto al «coquetear» con el recién creado partido Redes Sociales Progresistas (RSP), en donde al final de cuentas no cuajó la intentona.
Ahora, mejor dicho, desde hace unos meses a la fecha cambió de estrategia, ahora se convirtió en los ojos y asistente personal de la segunda a bordo de la dirigencia nacional de Morena, Clitali Hernández, en Quintana Roo. Él es quien lleva y trae los chismes, él arma y desarma escenarios, él cierra o abre las puertas a los verdaderos Morenos que buscan hablar con Clitlali.
No cabe duda que muchas personas nacen con ese Don de gente, el de servir desinteresadamente a sus semejantes.
¿Será que Emiliano Ramos sea uno de esos o andará buscando otro «hueso»?
Tiempo al tiempo…