
Por: Jesús Amador
Chetumal.- Con lo observado hasta ahora, solo una “catrastofe política” evitaría que la gobernadora Mara Lezama deje a su sucesor (a) en el 2027 y aunque en la presente entrega periodística analizaremos los pormenores al interior de la alianza guinda (PVEM y PT), damos por descontado lo que haga o deje de hacer los opositores, principalmente los de Movimiento Ciudadano (MC), poco incidirá en el escenario estatal.
Amén a su responsabilidad de administrar los dineros, así como la vida social, económica y seguridad de los quintanarroenses, la mandataria trabaja con pinzas el aspecto político.
No era fácil superar cuando menos tres escollos, se necesitaba audacia para hacerlo. El primero y quizá el más significativo ocurrió cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO) concluyó su mandato (a medianos del 2024), donde hasta algunos de los más auto proclamados maristas desconfiaban que la gobernadora seguiría teniendo el respaldo de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, como ahora se observa.
Seguidamente vino otra andanada, cuando el hijo de #AMLO, Andy López Beltrán, arribó a la dirigencia nacional de Morena, la cual fue efímera y cayó por su propio peso. Después, a principios de año (2025) comenzó el “fuego amigo” tras el retorno al país de Rafael Marín Mollinedo, director de Aduanas de México, las tribus morenistas se desataron y “torpedearon” la nave “marista”.
Consciente de tener el control total del ámbito político en Quintana Roo, ayer domingo en Cancún, en la reunión del Consejo Político Estatal, volvimos a ver a esa Mara de octubre del 2021, llena de confianza porque ya tenía amarrada la candidatura a la gubernatura.
Su llamado a la unidad y congruencia lleva fondo. Es certero. Me atrevo a presumir que fue un jalón de orejas para los grupos políticos de Morena y aliados. Y también para los grupos económicos y sociales que tienen inversiones en Quintana Roo y deben apostar a la estabilidad.
Creo que la súplica, o petición a ser congruente, quizá es el de mayor calado y profundo, tomando en cuenta que cientos o miles de morenistas no sabe jugar a ser institucionales, varios de ellos solo buscan la oportunidad de asumir una posición para comenzar a de$quitar su trabajo proselitista.
Al final de cuentas, podría ser Eugenio Segura Vázquez, Ana Paty Peralta, Estefanía Mercado, Anahí González, Diego Castañón Trejo, o cualquier regidor (a) “balín” el candidato de la alianza guinda a la gubernatura en el 2027, pero lo único claro hasta el día de hoy, es quien resulte electo (a) será con la bendición de Mara y el auspicio de quien duerme en Palacio Nacional.
Tiempo al tiempo…