
Por: Jesús Amador
Chetumal.- Es evidente que el magistrado-presidente, Sergio Avilés Demenegui, mueve el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) conforme a sus intereses personales, lejos de la independencia, imparcialidad, certeza, legalidad y objetividad que pregona el slogan de citado órgano electoral.
En días pasados lo demostró al aprobar la queja RAP/009/2025, mediante el cual revocó el dictámen emitido por el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) sobre la impresión de las boletas electorales que se ocuparán para elegir a magistrados (as), jueces y juezas locales. Sin importarle que tal acción es exclusiva de citado Instituto, o al menos así lo establece el Código de Instituciones y Procedimientos Electorales (artículo 9, del tercer capítulo).
Insisto, es obvio que a citado jurista lo mueven intereses personales por encima de cumplir con su responsabilidad: La de ser el “árbitro electoral de los quintanarroense”.
Si usted amable lector quiere mal pensar y argumentar que la orden del Teqroo para que el Ieqroo imprima tres boletas electorales en lugar de una para la elección local de personas juzgadoras, lo puede hacer, y máxime si en tales boletas aparecen los nombres de la pareja sentimental del magistrado Sérgio Avilés, la señora Guevara Romero Rosario, en la casilla #28 y el de su hermana, Deyliana Aviles Demenegui, en el #49.
Para desgracia de Quintana Roo, el Teqroo ambula en el descrédito, primero porque dos de sus tres magistrados son suplentes de suplentes impuestas por Sergio Avilés y ahora con estas acciones promocionales de nepotismo,
Urge, pero mega urge, que el Senado de la República, defina el nombre de las dos magistradas titulares del Teqroo, creo que sería la única forma de rescatar la decaída imagen que arrastra tal tribunal desde que Sergio Avilés asumió la presidencia.
Tiempo al tiempo…