Por: Jesús Amador
Chetumal.- No cabe duda que la enorme diferencia política y probablemente también la económica, que existe entre el director del Instituto de Infraestructura Educativa de Quintana Roo (IFEQROO), Abraham Rodríguez Herrera y el delegado del Instituto Nacional de Infraestructura Educativa (INIFED) en Quintana Roo, Cuauhtémoc Mendoza Ortiz, está afectando a la comunidad educativa quintanarroense y al sector de la construcción.
Aun cuando ninguno de los dos funcionarios quiere reconocerlo públicamente es vox populi la inconformidad que existe entre ambos. Por una parte acusan al servidor público federal (Mendoza Ortiz) de querer seguir manejando el programa de escuelas al CIEN como lo hacía con el anterior director del IFEQROO, Jorge Mezquita Garma, es decir, darles las obras a sus amigos.
En contraparte, al funcionario estatal (Abraham Rodríguez) lo señalan de entregar obras a constructoras que apoyaron la pasada campaña electoral en Quintana Roo y que carecen de capital económico para realizar las obras y entregarlas.
Ambas acusaciones parecen ambiguas, lo único cierto y que la sociedad quintanarroense observa y quiere que se solucione, es que en los once municipios de Quintana Roo existen varias obras que iniciaron desde septiembre del año pasado y que, en el mejor de los escenarios, no han sido entregadas, porque existen otras que ni siquiera han empezado a construirlas.
Cabe señalar que es la primera ocasión, desde el 2015 cuando se creó el Programa de Escuelas al CIEN; que la problemática se agudiza, aunque la estancia de Cuauhtémoc Mendoza como delegado del INIFED comenzó en febrero del 2016.
Al citado funcionario federal lo señalan de haberse acostumbrado a hacer negocios con el ex director general del IFEQROO Jorge Mezquina Garma, quienes siempre beneficiaron a constructores afines del ex gobernador, Roberto Borge Angulo, sin tomar en cuenta varios aspectos legales.
Entre las anomalías más fuertes que se critica a Mendoza Ortiz, es dejar que constructoras hiciera mal las obras. No respetar los lineamientos del programa que marcaba normas para la rehabilitación de los planteles siendo de un millón 500 mil pesos para escuelas del nivel primaria y de 10 a 12 millones para escuelas del nivel superior como la Universidad Politécnica de Bacalar (UPB), la cual quedó inconcluso.
También se le acusa de dejar en obra negra la biblioteca de la Universidad del Caribe.
Dicen que Cuauhtémoc Mendoza Ortiz mantiene engañada a la delegada regional del INIFED y a sus superiores en México, a quienes asegura que el programa escuelas al CIEN en Quintana Roo tiene un avance significativo en comparación con otros estados, basta consultar la página del programa y se dará uno cuenta que Quintana Roo ocupa uno de los lugares más bajos a nivel nacional, pero no el tercero del fondo en aprovechamiento como se dice.
El debería de ser el puente financiero de la Federación con el Estado a través del IFEQROO, pues el dinero para la remodelación de los colegios proviene del Gobierno Federal pero en vez de eso, deja a un lado su responsabilidad y asume la actitud del avestruz, esconde la cara, para no liberar los recursos económicos.
Abraham Rodríguez ha expresado entre su círculo cercano que los constructores que trabajan para el INIFED demoran muchos en realizar las autorizaciones de las estimaciones que entregan los contratistas, hasta un mes pasa para decidir si está bien o mal el trámite, tiempo valioso para obras que tienen una fecha de entrega en su mayoría de tres meses.
Entonces, aun con suma lentitud por las indicaciones que envía el «capitán» Mendoza Ortíz, el programa de escuelas al CIEN navega en Quintana Roo, pero no como debería ser porque miles de niños quintanarroenses reciben clases en aulas que se están remodelando, sin ventanas y en algunos casos, con cables de energía eléctrica al aíre libre.
Pero eso que importa para el flamante funcionario federal, quien sigue sin entender que devenga un salario para trabajar en pro de la sociedad mexicana sin distingos políticos, sociales o religiosos.
Por México, por Quintana Roo y, obviamente, por el supuesto compromiso que debe tener con la formación de los escolapios, Mendoza Ortiz debería analizar si sus servicios profesionales siguen siendo útiles en nuestro querido Estado.
Tiempo al Tiempo…