Por: Jesús Amador
Chetumal.- Aún cuando no existe una Ley o argumento legal que obligue al gobernador (ahora gobernadora) en turno a «repartir» posiciones para garantizar la gobernabilidad en Quintana Roo, en la práctica varios de los ex-mandatarios lo han hecho tanto en el Poder Legislativo como Judicial.
En sexenios anteriores, hemos observado como gobernadores oriundos de Cozumel otorgaban la titularidad de los otros Poderes que integran al Estado a chetumaleños y cancunenses, como también en su momento lo hicieron Mario Villanueva y Joaquín Hendricks Díaz.
Misma situación vivirá la gobernadora electa, Mara Lezama, porque en agosto próximo el Poder Judicial de Quintana Roo elegirá a su titular para los próximos 6 años y a pesar que en la Ley es clara y precisa, en el sentido que los propios magistrados son los «unicos» responsables de elegir a su presidente, es vox populi que tal nombramiento siempre viene auspiciado por el inquilino (a) de la oficina de la 22 de enero.
Entonces, el tema merece ser analizado a detalle y tomando en cuenta que la titularidad del Poder Ejecutivo, llamése Mara Lezama, representa a Cancún y que seguramente, la presidencia de la Coordinación de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo) de la XVII Legislatura del Poder Legislativo recaerá en otra (o) cancunense (en el mundo político quintanarroenses dan como un hecho que Marybel Villegas Canché asumirá la encomienda), entonces el Poder Judicial debería ser encabezado por un o una magistrada (o) Chetumaleña (o) para garantizar la gobernabilidad, cuando menos, de manera visible.
En tal circunstancia, no hay mucha tela de dónde cortar para elegir al nuevo mandamás del Poder Judicial, únicamente 4 de los 12 magistrados son chetumaleños: Ana Mercedes Carbajal, Mario Aguilar Laguardia, Juan García Escamilla y Adolfo Del Rosal Ricalde, respectivamente.
¿Se ve viable la ratificación del Gustavo Del Rosal como presidente del Poder Judicial de Quintana Roo? Sonaría lógico, tomando en cuenta el desempeño que tiene como interino del hoy ex presidente magistrado en retiro, Antonio León. Tampoco se puede perder de vista a Mario Aguilar Laguardia porque trae una intachable carrera que le sirvió de mucho para que la justicia federal lo restituyera en el cargo a pesar de la negativa política encontrada en el Congreso del Estado, cuyos diputados no avalaban su reelección.
Obviamente, no se descarta que cualquiera de los 8 magistrados restantes pueda asumir la titularidad del Poder Judicial, principalmente el cancunense, Heyden Cebada, identificado con el «Marismo» o el polémico, Carlos Lima Carvajal, quién en dias pasados logró que la saliente XVI Legislatura le aprobará su reelección.
Insistimos, cualquiera de los arriba mencionados obtendría la presidencia del Poder Judicial si se da por «concertación política». Pero si dejan que los hombres y mujeres de la toga decidan -como debería ser-, la presidencia podría ser ocupada por cualquiera de los 12 magistrados (Juan García, Adolfo del Rosal, Mario Aguilar, Adriana Cárdenas, Mariana Davila, Veronica Acacio, Carlos Lima, Dulce Balam, Ana Mercedes, Gabino Trujillo, Heyden Cebada y Felipe Solis).
¿Será que en la elección del nuevo presidente del Poder Judicial observemos acuerdos extraordinarios que abonen a la gobernabilidad de Quintana Roo? No perdamos de vista que será el primer evento trascedental en la vida política del «marismo».
Tiempo al tiempo…