Por: Jesús González
Chetumal.- El anuncio de una posible reunión “cumbre” entre la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) y el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González anunciada la mañana de este martes por el líder estatal y el secretario general de ese partido, Juan Carlos Pallares Bueno y Mario Rivero Leal, respectivamente, ya generó reacciones en los diversos círculos políticos para saber cuál será el grado de responsabilidad que tanto el mandatario como el blanquiazul asuman de los errores cometidos en la pasada justa electoral.
El PAN a lo largo de su historia en Quintana Roo ha sido un duro crítico de los gobiernos priístas hasta el 2016, cuando Carlos Joaquín, mediante una coalición integrada por el blanquiazul con el PRD, obtuvieron la gubernatura y diversos espacios en presidencias municipales y Congreso local, es decir, pasaron de ser oposición a cogobierno.
Sin embargo en los últimos meses, hasta antes de la felpa propinada por Morena el pasado 01 de julio, el PAN busca responsables, sin reconocer que fueron sus mismos dirigentes, candidatos (as), gobernadores emanados de sus coaliciones y operadores políticos quienes ocasionaron su fracaso electoral y no tanto el efecto Andrés Manuel López Obrador.
Ahora, a pocas semanas de que Carlos Joaquín González realice su segundo informe de gobierno y presumiendo que posteriormente habrá cambios en el gabinete legal y ampliado, los dirigentes del PAN se envalentonan y dicen que durante esa reunión harán observaciones en torno a su gestión así como el desempeño de sus colaboradores.
Durante la rueda de prensa realizada en la sede del PAN estatal, Mario Rivero Leal, secretario general, restregó a su dirigente la serie de errores cometidos y que en su momento les hizo notar previo a la selección de candidaturas y aunque sus propios errores también le han costado en política, en esta ocasión tuvo razón aunque ya es demasiado tarde.
Será interesante saber, cuál será la postura del PAN en dicha reunión, porque al menos su dirigente estatal tuvo miedo de señalar a integrantes del gabinete que no han dado la talla, tal vez por miedo a herir sentimientos de militantes de partido (como López Mena y sus cuates de la Secretaría de Gobierno) o porque realmente seguirá sumiso y sirviendo a quien mueve los hilos de las marionetas.
Hay que esperar si Carlos Joaquín escucha, analiza y corrige las observaciones que se presume harán los panistas, aunque en estos casi dos años ha quedado en claro que no hay más voz que la de su propia conciencia o de sus asesores.
El PAN ya levantó la voz, ahora esperamos la reacción de la corriente que controla el PRD en Quintana Roo, aunque dudamos que esta sea para cuestionar el desempeño de los funcionarios de la administración estatal porque hasta su propia militancia los califica de haber doblado las manos ante CJ.
Pero insistimos, hay que esperar si el PAN consigue reunirse con el gobernador. De darse, sería una buena señal por parte del mandatario, hablaría bien de él y ante la opinión pública quedaría como un político que escucha las diversas corrientes políticas.
Perooo…insisto, hay que esperar porque “del plato a la boca se cae la sopa y…hasta el PAN”.