Por: Jesús Amador
Chetumal.- Contrario a lo observado en los dos últimos trienios (Othoniel Segovia Martínez y Luis Torres Llanes) cuando la capital de Quintana Roo lucia abandonada, hoy vemos con satisfacción como Yensunni Martínez comienza a cambiarle el rostro al municipio de Othón P. Blanco, titánica tarea no solo por la escasez de recursos económicos sino por los monumentales males que arrastra.
Estoy seguro que la mayoría de los othonenses ya observan el notorio trabajo que desempeña Yensunni, pero optamos -me incluyo- por no comentarlo; seguramente porque estamos «escamados» de ser siempre utilizados como «carnada» por políticos ávidos por llegar al poder.
Insistimos, aún cuando los othonenses somos «mulas» para reconocer el desempeño de los servidores públicos, llama la atención la inversión de casi 10 millones de pesos anunciados para infraestructura social y deportiva de Xcalak y Mahahual. Pero más, los 17 millones de pesos para pavimentar calles de varias colonias de Chetumal. Obvio que no es una mega inversión, pero tampoco es una «baba de perico» como las que nos tenían acostumbrados anteriores gobiernos municipales, cuya justificación era que no tenían dinero ni para pagar la nómina.
No cabe duda que la morenista busca imprimirle un sello personal a su administración, de entrada desechó la tradicional forma de poner en marcha obras y acciones, esas ceremonias protacolarias donde era obligatoria la presencia fisica del gobernador en turno, ahora se hacen de forma sencilla, directa con la gente y saludando de mano a los habitantes de colonias de Chetumal y comunidades rurales. Nos atrevemos a pensar que fue motivada por la impopularidad y desconfianza que genera la figura del mandatario, Carlos Joaquín González.
Es muy pronto (en septiembre cumple su primer año de gobierno) para hablar de logros, pero si Yensunni continúa haciendo obras y acciones que beneficien a la mayoría, como: pavimentar calles (Chetumal), arreglar alumbrado público (OPB), unidad deportiva (Xcalak), pavimentación (colonia kilómetro 55 de Mahahual) y limpieza de basurero (Nicolás Bravo), entre otras acciones, seguramente obtendrá el reconocimiento de sus gobernados y por ende, su nombre será un referente político en el olvidado sur de Quintana Roo.
Entonces, si con un gobierno estatal panista Yensunni logró darle operatividad al vegetativo y agonizante gobierno de OPB ¿qué debemos esperar después de Septiembre próximo, cuando la morenista Mara Lezama asuma la titularidad del Poder Ejecutivo de Quintana Roo? De entrada, no creo que nos vuelvan a engañar con la trillada frase de «más y mejores oportunidades» como la prometida por los que se van. Existe confianza que la dupla Mara-Yensunni sienten las bases para el progreso y el desarrollo económico que anhelamos los chetumaleños.
Tiempo al tiempo…