Por: Jesús Amador
Chetumal.- Una campaña proselitista especial y muy austera tendrán que hacer los candidatos (as) que los partidos políticos postulen a la gubernatura de Quintana Roo en el 2022 para no rebasar los risibles 20 millones 223 mil 208 pesos y 98 centavos que puso como tope de campaña el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo).
Desde ahora se antoja difícil que con los 700 mil pesos y «centavos» diarios los candidatos cubran los gastos más apremiantes de una agitada campaña electoral, tomando en cuenta que en las elecciones del 2016, el hoy gobernador, Carlos Joaquín y el ex candidato del PRI, Mauricio Gongora, erogaron más de mil millones de pesos, es decir, 50 veces más al tope de campaña ahora establecido.
Quienes saben del negocio afirman que los 20 millones de pesos, meramente servirán para que los candidatos (as) movilicen a su equipo de campaña, cubran la renta de mobiliario, audio, pefironeo, así como el combustible de los vehículos en que se desplaza él y su avanzada. Y quizá quede un «xix» para mover a sus equipos que tienen en cada uno de los once municipios coordinando sus agendas de campaña, pero hasta ahí.
Independientemente de las aportaciones voluntarias que reciban, así como los apoyos en especie, los candidato (a) y los partidos políticos tendrán que hacer magia para sufragar gastos mayores, como: pagar publicidad, acarreo de sus simpatizantes y cubrir la infinidad de contra tiempos o problemas que surgen a ras de tierra durante la campaña.
Hoy en día hacer proselitismo político en Quintana Roo cuesta mucho dinero, ahora los líderes naturales y de colonia, así como los integrantes del equipo del candidato, cobran por adelantado su trabajo quincenal o mensualmente, ya no los embaucan con el clásico apoyito para el «chesco» y la torta. Entonces, bajo esos argumentos, damos por descontado que difícilmente los aspirantes (as) a gobernar Quintana Roo respeten los 20 mdp como tope de gastos de campaña.
¿Veremos a algún candidato (a) respetar los 20 mdp como tope de gastos de campaña?
¿Será que ahora sí el INE en Quintana Roo audite con precisión los gastos de campaña en las elecciones del 2022 o volveremos a ver una fiscalización a «medias» y con observaciones ridículas como las hechas en las elecciones de junio pasado?
Tiempo al tiempo…