Por: El Gatillero Cabrera
Chetumal.- Si en verdad el ayuntamiento de Othón P. Blanco tiene serios problemas financieros para subsanar gastos, deudas e incluso para pagar la nómina de los empleados, incluyendo el sueldo del presidente municipal Hernán Pastrana y de los regidores, por qué no ha interpuesto denuncia alguna ante la Secretaría de la Contraloría e incluso ante la Fiscalía General del Estado en contra de Luis Torres Llanes por los supuestos delitos de desvío de recursos o peculado.
En el Ayuntamiento todos se quejan de que no hay recursos, empezando por el propio Hernán Pastrana, quien no tuvo más remedio que pedir «chiche» al gobernador Carlos Joaquín González para subsanar la crisis que afronta la ciudad por acumulación de basura en calles, camellones y áreas de uso común, producto de la falta de camiones recolectores.
El Gobernador, en un evento organizado con bombo y platillo, anunció la inversión de 150 millones de pesos para rescatar la ciudad del terrible estado en que la dejó su «pupilo», Luis Torres Llanes, quien, por cierto, fue su candidato oficial a la diputación federal, lástima que terminó en el suelo, noqueado por el poderoso puño del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Carlos Joaquín aprovechó la tambaleante situación del Ayuntamiento capitalino para tratar de reconciliarse con los chetumaleños (porque desde que llegó al tronó se olvidó de los baños de pueblo y las promesas que hizo estando en campaña, donde caminó colonias como cualquier ciudadano común y corriente), anunciando que también con ese recurso se daría una “manita de gato” a las maltrechas calles y avenidas, principalmente del primer cuadro de la ciudad, y se atenderían obras de drenaje sanitario y desazolve.
Sin duda, este aporte y los 70 millones que espera recaudar el Ayuntamiento por impuesto predial permitirán al municipio tomar un respiro de aquí hasta terminar el año, cuando ya esté en condición de operar su propio presupuesto de egresos correspondiente al ejercicio fiscal 2019.
Con un presupuesto autorizado para este año de 824 millones 295 mil 098 pesos 45 centavos, el Ayuntamiento no tenía por qué estar en bancarrota, toda vez que los gastos estaban etiquetados, de manera especial los salarios y los estímulos al personal.
De los 824 millones 295 mil 098 pesos con 45 centavos, 562 millones 231 mil 344 pesos con 77 centavos estaban destinados al gasto corriente, 172 millones 679 mil 413 pesos para gastos de capital y 89 millones 384 mil 340 pesos con 70 centavos para el pago de la deuda que dejó «Licho» Torres.
Sin embargo, los dineros del pueblo al parecer no fueron aplicados de manera correcta.
Por ejemplo, recientemente el Ayuntamiento capitalino apenas alcanzó a organizar la feria Expofer y eso que contó con el apoyo del gobierno del Estado que absorbió los gastos de los artistas que engalanaron esta tradicional fiesta que, coincidentemente, instituyó el alcalde Hernán Pastrana cuando ocupó, por primera ocasión, la presidencia municipal, hace unos 30 años.
De hecho, el Ayuntamiento no pretendía organizar este escaparate por falta de recursos, a pesar de que dentro del presupuesto estaban destinados 7 millones 862 mil 687 pesos con 5 centavos para el rubro cultural.
También hay problemas en la prestación de los Servicios Públicos Municipales cuando no debiera haberlos, toda vez que se presupuestó una bolsa para este año de 15 millones 669 mil 924 pesos con 66 centavos, pero desafortunadamente no quedó dinero ni para mandar a reparar siquiera los faros y luces intermitentes de los viejos camiones recolectores.
Del intocable capítulo 1000 correspondiente a salarios, compensaciones, perdón, estímulos económicos y en general a las remuneraciones al personal, incluyendo a regidores y servidores públicos municipales, tampoco debiera haber problema, ya que para este ejercicio fiscal se etiquetó la cantidad de 389 millones 321 mil 045 pesos.
Sin embargo, por falta de esos recursos, el Ayuntamiento decidió cercenar, de tajo, los estímulos que otorgaba al personal, ocasionando malestar generalizado entre la planta laboral que de por sí tiene un salario de miseria, sin que suene a ofensa.
En sí, la administración de Luis Torres se sirvió con la cuchara grande, sobre todo en materia de gastos correspondientes al despacho de la Presidencia, pues para este rubro se tuvo un presupuesto de 7 millones 536 mil 264 pesos con 06 centavos, amén de los 4 millones 571 mil 294 pesos con 07 centavos que operó la Secretaría Particular y los 788 mil 005 pesos con 85 centavos destinados a la Secretaría Técnica, para un total de 12 millones 895 mil 563 pesos con 98 centavos.
Y para variar, en materia de apoyos sociales, supuestamente se ejercieron 19 millones 603 mil 041 pesos.
A quienes el viento les hizo lo que a Juárez (ni los despeinó) fue a los regidores del cabildo que también son cómplices de Luis Torres. Ellos se llevaron 37 millones 164 mil 798 pesos con 77 centavos con el solo hecho de levantar la mano en las sesiones de cabildo… ¡Así de fácil!
Existe además la sospecha de que los dineros invertidos en algunas obras de infraestructura urbana, como en el caso de los parques de Chetumal, Raudales y Nicolás Bravo, hubo alteraciones, porque los presupuestos son demasiado elevados y no se ajustan a lo visible.
Durante el último año de la administración de Luis Torres supuestamente se invirtieron 172 millones 679 mil 413 pesos en obra pública que no se ve, salvo algunas calles pavimentadas y las de concreto hidráulico que mandó construir en su colonia “Nuevo Progreso”.
Entonces… ¿Dónde quedó el dinero? ¿Acaso Hernán Pastrana es cómplice por no denunciar a Luis Torres? ¿Podríamos considerar que el septuagenario alcalde también debe ser sujeto a investigación y encarcelado por encubrir un delito? Preguntas cuyas respuestas quedan en el aire.
Lo cierto es que Hernán Pastrana se está quedando con los brazos cruzados porque todo aparenta que su actuar es muy pasivo en medio de una crisis que podría costarle muy caro a su partido Morena en las próximas elecciones.