* El ex Magistrado del TEPJF subrayó que a 20 años de su promulgación esta norma ha tenido una gran aceptación y se adecúa perfectamente al procedimiento electoral
* La judicialización de las elecciones no debe verse como un problema porque en México existe una cultura contenciosa y litigiosa, que representa la forma civilizada para resolver los problemas
CDMX, 27 de septiembre.- Fernando Ojesto Martínez Porcayo, ex magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), aseguró que a 20 años de la promulgación de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación, ésta ha tenido una gran aceptación y no requiere de ninguna reforma porque como está se adecúa perfectamente al procedimiento electoral.
Al participar en el programa Justicia electoral a la semana, que se transmite por Plataforma Electoral, el canal de televisión por Internet del TEPJF, subrayó que dicha legislación permite que los procedimientos se desarrollen con gran celeridad y se tienen elementos muy adecuados en la materia.
“Las facultades que la Ley le dio al Tribunal, a los jueves electorales, son extraordinarias. Una gran libertad en el juzgamiento, desde el momento en que establece que las pruebas se valorarán de manera, claro, trazada, pero también le da un arbitrio al juez de poder perfeccionar las pruebas, si el tiempo lo da. La parte de resolver la deficiencia y la argumentación de los agravios de parte de los ciudadanos, de los militantes, ha sido extraordinaria”, explicó.
Durante la entrevista con la periodista Guadalupe Juárez, el ex Magistrado destacó el hecho de que la división del trabajo que se ha dado entre la Sala Superior, la Sala Especializada y las Salas Regionales, para atender la cantidad de recursos que se presentan ante el Tribunal Electoral, ha funcionado muy bien, sobre todo porque “han tenido una forma inteligente de repartir el trabajo, porque si todo terminara en la Sala Superior no acabaríamos”.
Desde su perspectiva, indicó, la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación solo debería de tener un ajuste por medio del cual se estableciera la suplencia en la argumentación de los agravios en todos los juicios, no nada más en los juicios ciudadanos, sino también en los de estricto derecho, como son los que presentan los partidos, a quienes “yo también permitiría la suplencia de la deficiente argumentación”.
No debe verse la judicialización de las elecciones como un problema
Ojesto Martínez Porcayo recalcó que no debe verse el tema de la judicialización de las elecciones como un problema, porque llevar los asuntos a los tribunales forma parte de la cultura jurídica que se crea a partir de la implementación de la cultura de la impugnación que busca que sea el TEPJF el que resuelva los diferendos que se presentan en la materia.
“Cuando resuelve el Tribunal, lo hemos visto en 26 años de justicia electoral, se acatan sus resoluciones invariablemente, lo que quiere decir que a pesar de que está judicializado el proceso electoral, las resoluciones resuelven definitivamente los problemas electorales, que es una forma democrática de cómo deben zanjarse esas cuestiones, aunque sean las mismas álgidas como las políticas a través de un Tribunal hetero-componedor”, afirmó.
En este sentido, destacó que los partidos políticos recurren a esa cultura de la impugnación para presionar al rival y esto se debe a que “tenemos una cultura contenciosa; litigiosa; pleitista; pero es la forma en que sacamos nuestros problemas y creo que es civilizada”.
Ojesto Martínez Porcayo puntualizó que lo anterior se debe a que desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece que todos los actos en la materia deben sujetarse a la ley, cualquiera, hasta el más pequeño o el más sencillo, por lo que cuando uno de éstos no se somete a la normatividad se tiene que resolver en una sede jurisdiccional la legalidad del mismo.