
Por: Jesús Amador
CHETUMAL, 5 de octubre.- No cabe duda que en la elección de los nuevos funcionarios de la Secretaría de Educación y Cultura (SEyC) pesaron más las negociaciones de los grupos políticos que las buenas intenciones del gobernador Carlos Joaquín, porque desde la titular de la dependencia hasta la directora del Conalep, son personas jubiladas que de entrada contraponen al famoso slogan “Oportunidades para Todos”, utilizado en campaña por el mandatario estatal.
No dudamos de la capacidad de Marisol Alamilla como profesional del ramo, sólo cuestionamos las formas utilizadas para designar a los principales funcionarios del sistema educativo quintanarroense, porque en ninguno de los casos -quizá la excepción fue con Jaqueline Estrada en la subsecretaria de cultura- tomaron en cuenta las promesas de campañas hechas por el Gobernador, Carlos Joaquín, cuando menos en los menesteres de oportunidades a las nuevas generaciones.
Es un secreto a voces que la llegada de Marisol Alamilla a la SEyC fue producto de la negociación hecha por asesores de Carlos Joaquín con la dirigencia del Partido Nueva Alianza (Panal), pero esa situación no debió impedir a los nuevos directivos sumarse y contribuir para que el proyecto del gobernador aterrice.
Pero no fue así, Marisol Alamilla y el Panal tomaron otro camino, negociaron las posiciones a su conveniencia y hoy en día observamos una polaridad política-partidista al interior de la SEyC, que a la larga podría representar un serio peligro para los intereses del gobernador, Carlos Joaquín.
Además de las cuestiones políticas, la SEyC arrastra varios problemas y habrá que estar atentos porque las dirigencias del SITEM, CNTE y Siteqroo, no ven con buenos ojos el marcado favoritismo que tiene Marisol Alamilla con la SNTE.
Es sorprendente que una dependencia de tal magnitud, como la SEyC, sea dirigida por personas jubiladas, tomando en cuenta que Quintana Roo tiene miles de jóvenes maestros y catedráticos preparados y que desde un inicio apostaron al proyecto político de Carlos Joaquín.
Resulta obvio que la sociedad quintanarroense, principalmente el sector de la educación, tenga sinsabores con estos nuevos funcionarios de la SEyC porque esperaban ver profesionistas con otros perfiles, soñaron con tener a gente comprometida con el proyecto de Carlos Joaquín y con solvencia moral para revolucionar la educación en Quintana Roo.