Por: Jesús Amador
Chetumal.- Aún cuando la mayoría de la sociedad daba por descontado que la historia de Javier Zetina González como auditor superior de Quintana Roo llegaría a su fin el pasado viernes 31 de marzo, lo cierto es que no fue así y con los últimos acontecimientos seguramente seremos testigos de una «novela» de largo metraje.
Políticos, analistas y la misma sociedad quintanarroense están a la expectativa de lo que ocurra en la Auditoría Superior de Quintana Roo, porque se trata del máximo órgano que vigila y audita la inversión de los recursos públicos.
En el último año citado organismo de encuentra en el ojo del huracán. De manera sistemática y juiciosa se ha cuestionado la designación de Javicho a tal grado de provocar, cuando menos en el sentido perceptivo, que la sociedad rechazara su nombramiento, orillando al cozumeleño a entregar su «renuncia voluntaria» e «irrevocable» al Congreso del Estado.
Para la opinión pública la dimisión de Javicho era cosa juzgada, pero no para los grupos políticos que gobiernan en la actualidad, quienes no ven con buenos ojos que la silla la ocupe, Hugo Fabio Bonilla Iglesias, ex director de Ingresos del municipio de Benito Juárez durante el ejercicio 2014, quien es el suplente de Javicho y que por Ley el ocuparía la posición hasta mayo del 2023.
La jugada política de «cuatro bandas» que el pasado miércoles puso sobre la mesa el Congreso del Estado, de manera especial, el perredista, Emiliano Ramos, era mantener a Javicho en el puesto para que este juzgue las cuentas de Hugo Fabio Bonilla y dictamine, en caso de encontrarse culpable, su inhabilitación para desempeñar cargo público.
El pasado jueves 30 de marzo, el Congreso notifico a Javicho que no procedía su renuncia, cuando menos en la fecha que el señalaba (31 de marzo), y que debería seguir en el cargo.
El vienes 31 de marzo Javicho recibió las cuentas públicas de varias dependencias, es decir, cumplió con la encomienda y todos presumían que seguiría como auditor tal cual fue la sugerencia del Poder Legislativo.
Sin embargo, la tarde-noche del pasado viernes envió un oficio a la Oficialía de partes de la XV legislatura donde solicita licencia por 60 días (dos meses).
Mañana lunes hay sesión ordinaria y también reunión de la comisión de hacienda para analizar la licencia de Javicho.
La novela «la silla del auditor» apenas inicia y seguramente faltan por ver los capítulos más interesantes. Porque todos los actores que convergen en el filme, llámese Javicho, Fabio Bonilla, Emiliano Ramos y otros co-protagonista están puliendo sus guiones.
Hasta el momento lo único cierto y bueno que ha traído esta «tara-novela» para los quintanarroenses es corroborar que la corrupción y chantajes no son cosas del pasado.
Tiempo al tiempo…