Por: Jesús Amador
Chetumal.- En escasos 10 de meses como gobernadora, Mara Lezama ha hecho más por la zona maya de Quintana Roo que su antecesor Carlos Joaquín González durante su sexenio, quién desde precampaña se jactó de prometer que tendrían «más y mejores oportunidades», cosa que obviamente nunca cumplió.
Ademas de fortalecer el desarrollo económico a través de convenios para que la industria textil y artesanal de la zona maya despunte, Mara invierte recursos para garantizar la seguridad pública, pavimentar calles y avenidas, hasta crear un albergue para beneficiar a mujeres victimas de violencia.
El anuncio para rescatar la imagen urbana de la histórica alcaldía de Tihosuco, corazón de la Guerra de Casta, representa la «cereza» del pastel de los programas y apoyos que tiene proyectado el gobierno marista para la zona maya, cuya máxima prioridad es que los beneficios generados por la pujante industria turística lleguen a estos quintanarroenses que habitan en el centro de la entidad.
Es obvio que Mara busca, amén a los apoyos sociales que reciben los habitantes de la zona maya, mejorar infraestructura y vías de movilidad para que la actividad agrícola resurja y recuperar el estatus del «granero» de Quintana Roo.
Ojalá los presidentes (as) municipales de José María Morelos (JMM) y Felipe Carrillo Puerto (FCP), así como titulares de dependencias estatales sumen voluntades y unan esfuerzos para que los proyectos de políticas públicas diseñadas por Mara Lezama continúen fluyendo en la zona maya.
Reitero, de entrada vemos a una gobernadora que escucha y atiende, cercana a la zona maya, que trabaja para unir y conservar tradiciones. En 10 meses ha hecho más del neo-panista cozumeleño-yucateco, Carlos Joaquín.
¿A qué nivel será el compromiso moral -independientemente de su responsabilidad como gobernadora-, de Mara Lezama con la etnia maya?
¿Estaremos viendo el inicio de un gobierno que en verdad está comprometido con mejorar el nivel de vida de los habitantes de la zona centro de Quintana Roo? De entrada, hay indicios y observamos voluntad.
Tiempo al tiempo…