Por: Jesús Amador
Chetumal.- Sin prometer grandezas como algunos de los anteriores gobernadores, particularmente Carlos Joaquín González, Mara Lezama ha destinado más de la mitad del tiempo de su primer año para atender las apremiantes del centro y sur de Quintana Roo para cristalizar el impostergable desarrollo económico.
Salvo el sexenio de Mario Villanueva Madrid, la historia nos demuestra que el sur de Quintana Roo simplemente nunca importó a los gobiernos estatales, a pesar que siempre lo subrayaron como «prioridad».
Aunque la frase es dura, la realidad desnuda a varios de los ex gobernadores quienes ya en el poder se olvidaron por completos de sus promesas de campaña, incluso, de los famosos e improductivos proyectos gubernamentales. La realidad no dejan mentir, las pruebas están a la vista de todos, quienes visitan las comunidades rurales e indígenas, corroboran la falta de servicios básicos y carencias por doquier.
En el gobierno del hoy embajador, Carlos Joaquín (2016-2022), la zona sur y centro de Quintana Roo vivieron el peor de sus abandonos. La política implementada por el que nació y creció en una «jaula de oro» ignoró por completo a los indígenas y sureños, presumimos que lo hizo porque no representaban oportunidad para hacer negocios o acciones de corrupción como en el norte, caso concreto Tulum y Playa del Carmen.
Ahora, de entrada Mara Lezama ha cambiado tal perspectiva, datos duros sostienen que la gobernadora ha pasado más del 65 por ciento de todo su tiempo en el sur de Quintana Roo, sin desatender al norte, donde la obra pública ejemplifica esta situación.
Es obvio que con los programas sociales y proyectos productivos establecidos en sus primeros doce meses, Mara busca abatir el rezago histórico y lapidario de la zona, el cual creó la enorme brecha considerable de desarrollo entre el norte y el sur del Estado observada hoy en día.
De antemano Mara afronta dificultades para encaminar el desarrollo del centro y sur de Quintana Roo, y las asume con gallardía, con sapiencia frena la corrupción y el desvio de recursos que por décadas dañaron las finanzas del Estado.
Nos queda claro que el objetivo es saldar la deuda histórica que se tiene con el centro y sur de Quintana Roo. Ojalá que sus funcionarios y presidentes municipales de OPB, Bacalar, FCP y JMM entiendan la magnitud y alcances del ambicioso proyecto que busca «aterrizar» la primera gobernadora.
Tiempo al tiempo…