Felipe Carrillo Puerto.- Alejandro Che Puc, dirigente de la Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC), denunció el terrorismo fiscal que iniciaron las autoridades de Felipe Carrillo Puerto en contra de los cientos de venteros ambulantes, que arriban desde sus comunidades rurales a las inmediaciones del mercado municipal y calles céntricas de esta ciudad para vender sus productos.
Denunció que en los últimos tres días estos venteros ambulantes en su mayoría productores provenientes de las comunidades rurales y quienes venden en puestos semi-fijos y fijos, que se encuentran afiliados al sindicato de la CTC, empezaron a recibir citatorios de parte de la Secretaría de Finanzas y Planeación para que se “regularicen”, es decir, se den de alta en hacienda y paguen impuestos estatales, además de las cuotas que les cobra la Tesorería Municipal del Ayuntamiento.
Precisó que estas personas, que a diario buscan el sustento familiar y que se apostan principalmente en las aceras del centro de Carrillo Puerto y a los alrededores del mercado municipal, y ya son parte de la cultura de la Zona Maya y del atractivo de esta ciudad, apenas y obtienen ganancias para sobrevivir, difícilmente hablan o entienden el español, y no saben de pagar impuestos y menos estatales o federales.
La recaudadora de Rentas en Felipe Carrillo Puerto señaló Alekandro Che Puc quiere obligar a estos pequeños productores a darse de alta en el padrón fiscal como grandes comerciantes, pese a que su giro comercial no está contemplado para el pago de impuestos a la SEFIPLAN.
Los fiscales estatales, apoyados por los recaudadores municipales –que cuentan ya con un padrón de venteros ambulantes así como de puestos fijos y semifijos- empezaron a hostigar a los productores mayas para que se den de alta en Hacienda, según los citatorios firmados por Pedro Salas titular de la Recaudadora de Rentas y que hacen que los reciban a fuerzas, amenazándolos de que si no reciben dicho documento serán multados y retirados de la vía pública por parte de la fuerza pública.
Hasta el momento por el miedo a perder esta fuente de ingresos solo dos de los más de 200 personas que venden en la vía pública tuvieron que darse de alta en hacienda, luego de cansarse de la fuerte presión recibida por la autoridad y se trata de un vendedor de jugos en la vía pública y otra que ofrece antojitos en un pequeño local que se encuentra también en la vía pública.
Ambas personas, de escasos recursos económicos, deberá hacer más gastos y tratar de vender para obtener un poco de dinero que les permita reinvertir, pagar impuesto y lograr sobrevivir.
El entrevistado mencionó que “los locales que pertenecen a nuestro sindicato, no son grandes empresas, por el monto de lo que pudieran vender, les corresponda expedir facturas o algo por el estilo, prácticamente este funcionario, está volviendo a hacer lo mismo como hace dos años, al iniciar la actual administración estatal.