Por: Jesús Amador
CHETUMAL, 27 de octubre.- Durante la pre-campaña y campaña una de las principales primicias de Carlos Joaquín González fue evitar que gente traidora a sus ideales se incrusten en su equipo compacto, cosa que consiguió en la medida de lo posible, pero parece ser que ahora como Gobernador permite tal situación, ya que mucha gente, principalmente funcionarios del gabinete legal y ampliado, están felices de cometer pifia tras pifia.
En estos 32 días que lleva Carlos Joaquín como el octavo gobernador de Quintana Roo han sucedido situaciones extrañas y acciones muy alejadas a las expectativas que tienen varios sectores de la sociedad quintanarroense, en especial los chetumaleños, mismos que ahora comienzan a dudar de la capacidad del Ejecutivo Estatal para cumplirlas.
Además de los sinsabores por la llegada de servidores públicos de otros Estados del País; del despido de trabajadores del Gobierno del Estado y Ayuntamientos; y la presión psicológica que mantienen sobre quienes piensan diferente a la ideología de ellos, ahora hay que sumarle las traiciones de varios personajes.
En esta ocasión analicemos el caso de la fugaz designación del Doctor en Ciencias, José Mahfud Safar Teyer, quien por espacio de algunas horas de ayer 26 de octubre fungió como director del Conalep-Chetumal.
Lejos o independientemente de los comentarios que circularon en las redes sociales sobre la vida privada del reconocido catedrático chetumaleño, los cuales en su mayoría denostaron su nombramiento por ser un personaje identificado con el PRI y por sus presuntos actos inmorales, habría que dejar en claro cuáles fueron los motivos para decirle “disculpe doctor, siempre no”.
Porque se supone que antes de un nombramiento de tal magnitud, el gobernador en turno (Carlos Joaquín) debió haber dado el visto bueno a la titular de la Secretaría de Educación y Cultura (SEyC) (Marisol Alamilla Betancourt) y está a su vez a la directora general del Conalep (Nelia Uc), pero eso quedo en la mera suposición por el resultado que arrojó tal designación.
Ante tal suceso –la unción y seguidamente el despido como director del plantel- podemos deducir que alguien falló en su encomienda. Quizá la titular de la SEyC optó por la libre para designar a Mahfud Safar Teyer o en su caso, Nelia Uc, dentro de su afán de venganza contra la ex directora del plantel Conalep-Chetumal, Nery Pérez Rodríguez, tuvo el valor para hacer semejante barbarie.
Es el propio Mahfud Safar quien tiene completa la película, pero como todo caballero, guarda hermetismo sobre el suceso. Se limita a decir que es un capítulo cerrado, que será la historia quien ponga a cada quien en su lugar.
Pero mientras son peras o manzanas, por enésima ocasión en este inicio de administración queda al descubierto que Carlos Joaquín debe analizar muy bien la clase de funcionarios que tiene en su equipo, porque estas acciones dejan constancia que tiene incrustados varios traidores en su proyecto de gobierno.