Por: Jesús González
Chetumal.- «Todos los viejitos tienen que pagar», fue la sentencia que el director de fiscalización, reglamento y vía pública del ayuntamiento de Othón P. Blanco, Emmanuel Magaña Cirerol ordenó decir a sus inspectores a todas las personas de la tercera edad que trabajan vendiendo hortalizas, frutas y verduras en los mercados de Chetumal.
Esta noticia no solamente cayó como un balde de agua fría a los comerciantes semi fijos, también representó una traición del actual gobierno de Morena en OPB hacia la gente que votó por ellos, aunque reconocieron que lo hicieron por apoyar a Andrés Manuel López Obrador actual presidente de México y no tanto por quienes ahora los acosan y amenazan con quitarles su única fuente de ingresos.
Doña Sebastiana Uc Cámara, tiene 74 años de edad y más 15 años dedicada a la venta de hortalizas en una de las calles aledañas del mercado Lázaro Cárdenas (conocido como mercado nuevo), por ser de la tercera edad le fue imposible conseguir un empleo y aunque en ocasiones recibe apoyos de gobierno, quiere sentirse útil y por eso todos los días sale a ofrecer sus productos.
Desde la madrugada doña Sebastiana despierta para preparar sus productos, rábanos y cilantro es lo que mayormente vende; adolorida y cansada por el paso de los años y las horas que pasa expuesta a las inclemencias del clima, siempre sale de su casa con la esperanza de tener una buena venta y poder llevar comida a su mesa.
Para ella no hay vacaciones, días festivos, salario mínimo u horas extras, su diario vivir es simple: trabaja o no come.
Cuenta con tristeza que ilusionada esperaba un cambio que nunca llegó, porque aún y cuando los pasados gobiernos prometieron mejorar la situación de las personas que junto con ella venden hortalizas, frutas y verduras cerca del mercado, las cosas siguieron igual; pero ahora todo parece empeorar porque además de seguir en las mismas condiciones, les exigen el pago de entre 100 a 150 pesos semanales para seguir vendiendo.
Sin dejar de atender su pequeño negocio, porque la competencia es ardua para poder vender, dijo que administraciones pasadas por ser de la tercera edad les permitían vender sin tener que pagar,esto como forma de apoyo, pero con este nuevo gobierno municipal y sobre todo desde que llegó José Luis Murrieta Bautista como encargado del despacho de la presidencia municipal,las cosas cambiaron de manera drástica en perjuicio de la gente pobre.
Consternada platicó como inspectores de fiscalización le exigieron el pago de permisos, que tiene que acudir al palacio municipal, subir las escaleras hasta llegar a la dirección para cubrir la cuota semanal, aunque logró que de 150 pesos bajará a 100 pesos,esto representa un fuerte golpe a las pocas ganancia que obtiene, porque en los mejores días logra sacar entre 150 a 200 pesos,a los que hay que descontar gastos, quedando una mínima ganancia que le permite subsistir.
Comentó que pese a casi rogar que no le cobren porque era parte de la gente que recibía el beneficio de no pagar, fueron inútiles sus súplicas y la frase fue tajante y lapidaria, «todos los viejitos tienen que pagar».
Casi sufrió un desmayo cuando subió al tercer piso de palacio municipal para cubrir su cuota y aunque dicen que «el hambre te tira y el orgullo te levanta» a sus 74 años el tiempo no pasa en balde y peor aún la presión de las autoridades ha mellado en su salud y estado de ánimo, mucho más que las inclemencias climáticas que soporta todos los días.
Aunque dijo que no se niega a pagar, se mostró preocupada porque ahora no solamente tendrá que trabajar más para poder sacar dinero para la cuota y su subsistencia,sino que deberá pensar cómo poder subir a pagar hasta el tercer piso de palacio municipal, pero sobre todo la traición que el gobierno de Morena le ha hecho a la gente pobre a la que juraron que apoyarían.