Por: Jesús Amador
En los últimos días, hemos sido testigos de actos peculiares por parte de la senadora de Morena, Marybel Villegas Canche, quien parece estar dispuesta a hacer cualquier cosa para obtener la candidatura de la alianza guinda a la presidencia de Benito Juárez (Cancún).
En su afán por destacar, Villegas Canche lo mismo recorre regiones y tianguis, que entrega pan a los trabajadores del municipio en un intento aparente de generar simpatía y reconocimiento público.
Si bien es común que los políticos realicen acciones que busquen conectar con la ciudadanía, es importante cuestionar las verdaderas intenciones detrás de estos gestos. En el caso de Marybel Villegas, resulta evidente que esta iniciativa es simplemente una maniobra para mejorar su imagen de cara a la elección.
No podemos olvidar el pasado político de Villegas Canche, quien antes de formar parte de Morena, la senadora transitó por distintos partidos políticos, incluyendo el PRI, el PAN y el PRD. Citada trayectoria errática y su participación en el controvertido grupo político «borgismo», plantean dudas legítimas sobre su compromiso real con el bienestar de los ciudadanos y su capacidad para gobernar con transparencia e integridad.
Otro aspecto que no podemos pasar por alto es su apoyo al tema de Aguakan. Marybel Villegas fue una de las diputadas en la XIII Legislatura en respaldar la concesión de esta empresa y, paradójicamente, años después (2019 hasta el 2022) también promovió una consulta para revocar dicha concesión. Estas acciones contradictorias plantean interrogantes sobre la verdadera postura de la senadora y su compromiso con los intereses de la ciudadanía.
Resulta preocupante que Villegas busque gobernar Cancún, ya que existe el temor de que sus acciones estén motivadas más por su propio enriquecimiento personal que por el beneficio de los ciudadanos. Es fundamental que los votantes analicen cuidadosamente su trayectoria y evalúen si realmente representa una opción confiable y comprometida con el bienestar de la ciudad.
En conclusión, el acto de regalar pan por parte de Marybel Villegas puede parecer un gesto amable y generoso superficialmente, pero es necesario ir más allá de las apariencias. Su pasado político, su apoyo contradictorio a Aguakan y su afán de obtener la candidatura presidencial plantean interrogantes legítimos sobre su verdadera motivación y compromiso con los ciudadanos. Es fundamental que los electores analicen cuidadosamente su trayectoria antes de tomar una decisión informada en las próximas elecciones.
¿A caso los cancunenses no se merecen líderes honestos y transparentes, dispuestos a trabajar por el bienestar colectivo en lugar de buscar beneficios personales?
Tiempo al tiempo…