Por: Jesús González
Chetumal. – La cruz del «borgismo» que trae a cuestas José Luis Toledo Medina, no solamente ha generado críticas en su contra por gran parte de la ciudadanía de Quintana Roo en las redes sociales, sino un mayor escrutinio en cuanto a la solicitud de su registro para la candidatura por la presidencia municipal de Benito Juárez ,misma que fue negada este viernes por el Consejo General del Ieqroo al carecer de la residencia mínima de cinco años que marca la ley.
Aunque este tema no está del todo agotado porque la dirigencia estatal del PRD ya anunció que impugnará el acuerdo aprobado, es la segunda ocasión que «Chanito» se desploma en sus aspiraciones políticas, la primera fue en el 2016 cuando ni con el apoyo del entonces gobernador de Quintana Roo y su principal creador político logró la candidatura para la gubernatura del Estado y aunque no ha sido reconocido del todo,se habla que también fue «apadrinado» por alguien del edificio de la 22 de enero en Chetumal.
En entrevista con la compañera María Cristina de la Cruz y su portal Marcrixnoticias.com,el secretario general del Ayuntamiento de Benito Juárez, Guillermo Brahms, confirmó que apenas el jueves por la noche fue presentada la solicitud de la constancia de residencia por «Chanito» Toledo, misma que todavía no ha sido entregada y por ende salta la duda sobre la veracidad del documento que presentó al Ieqroo y la validez por la temporalidad ya que se rumora fue firmada por Mauricio Rodríguez Marrufo quien ocupaba la secretaría general hace casi un año.
Lo cierto es que para el otrora candidato de la llamada coalición, Por Quintana Roo al Frente, el viacrusis que inició desde el 2016 no ha terminado y falta esperar la tercera caída y su posible crucifixión politica.
Mientras tanto, las tribus perredistas y panistas ahora emprenderán una nueva pelea para elegir a quien será el nuevo candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez al contar con cinco días para su registro otorgado por el Ieqroo, salvo que los tribunales electorales logren la «resurrección» politica-electoral de Chanito Toledo.