Por: Jesús Amador
Chetumal.- Aun cuando soy uno de los quintanarroenses que defiende a ultranza el nativismo, admito que el chiapaneco, Raciel López Salazar, se ganó a priori mi confianza para estar al frente de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGEQROO).
A excepción de mi difunto padre (qepd), son muy pocas las personas tosudas que gozan de mi confianza y hoy Don Raciel la obtuvo. Porque de entrada veo a un hombre preparado profesionalmente para desempeñar la encomienda y que trasmite confianza, contrario a los bufones y paladines que venden espejitos.
Hoy, después de participar en la ya clasica conferencia semana de Seguridad, el fiscal interino concedió breve entrevista y con la seguridad que otorga la experiencia, dijo: «Ténganme confianza. Confíen en mí les voy a dar resultados. Vengo a trabajar. Soy de bajo perfil (no político)».
Reitero, sólo con el paso de los años veremos si la llegada de Raciel López fue benéfica para Quintana Roo, de entrada concedo el derecho a la duda y más a sabiéndas que deberá poner orden en una dependencia hundida en el descrédito social, donde brotan tufos de corrupción por doquier.
La FGEQROO requiere un titular que sepa con profundidad como juegan o trabaja el hampa, y por lo que estamos observando Don Raciel López sabe mucho de ello.
Seguramente los quintanarroenses -principalmente los empresarios-, le mandarán a construir una estatua si logra disminuir o erradicar las extorsiones y cobros de piso, delitos que los traen «asoleados» y provocado un sinfín de fuga de inversiones millonarias.
Don Raciel, no aspiramos a que desarticule más de 155 bandas y meta más de mil 500 delincuentes a la cárcel como lo hizo en Puebla, únicamente imploramos a que trabaje para regresarnos la seguridad y evitar que Cancún y la Riviera Maya se conviertan en el «Acapulco» del Caribe Mexicano.
Tiempo al tiempo…