Por: Jesús Amador
Chetumal.- Imposible no, pero se antoja sumamente difícil que el gobernador de Quintana Roo logre deshacerse de los compromisos políticos que mantiene con jerarcas del PAN y PRD, porque no lo dejan ni respirar.
Aún cuando ha transcurrido un año de la victoria aliancista, políticos de la cúpula nacional del blanquiazul y Sol Azteca siguen cobrando facturas y pretenden continuar «apadrinando» a Carlos Joaquín hasta que él lo permita.
Parece ser que la encomienda tanto de Ricardo Anaya (dirigente nacional del PAN); Ernesto Cordero (senador panista); Felipe Calderón Hinojosa (ex presidente de la república); Margarita Zavala (precandidata a la presidencia); Rafael Moreno Valle (ex gobernador de Puebla y también precandidato a la presidencia); Agustín Basave (ex dirigente del PRD) y Beatriz Mujica (secretaria general del CEN del PRD) es evitar que Carlos Joaquín juegue o coquetee con otro proyecto político nacional.
Y parece que lo están logrando, ya que hoy fue muy marcada la inasistencia del ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell, al I informe de su hermano paterno Carlos Joaquín. Acaso fue porque el mandatario estatal no puede apoyar el proyecto político de su hermano mayor?
Desde hace días surgió el rumor del distanciamiento que existe entre el hoy Secretario de Energía de México (Pedro Joaquín) con su hermano Carlos Joaquin y se acrecentó el jueves pasados al no confirmar su asistencia, lo cual por unos días lograron minimizarlo anteponiendo que Pedro Joaquín vendría al informe como representante del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, cosa que no sucedió ya que vino el director del Issste.
Hasta cierto punto entendemos el juego cauteloso de Carlos Joaquín. Está consciente que la cautela es la mejor arma para enfrentar los vendavales que surgen del PRI, PAN y PRD, y quizá también de Morena, luego que su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, dijera estar abierto a la inclusión partidista.
Por el bien de Quintana Roo hay que apoyar la madurez política que muestra Carlos Joaquín a un año del proceso electoral federal, ojalá sea la suficiente para elegir al «gallo» que ocupe la silla de Peña Nieto, porque de equivocarse tendremos otro sexenio para el olvido.
Tiempo al tiempo…