Por: Jesús Amador
Chetumal.- Hasta hace unos años pensar en el nacimiento de una nueva clase política quintanarroense era algo impensable o meramente un sueño guajiro, y máxime que esta naciera fuera de Cozumel y Chetumal, ambas ciudades consideradas la meca de la política local. Pero ahora mismo está naciendo una en Cancún que con sólidos argumentos anhelan superar las andanzas que en su momento tuvieron grandes corrientes politicas que encabezaron: Salvador Ramos Bustamante, Gastón Alegre López, Juan Ignacio «Chacho» García Zalvidea o Gregorio «Greg» Sánchez Martínez, respectivamente.
Después de la década de los 80’s Quintana Roo tuvo una enorme evolución política, pero los poderes facticos actuaron de acuerdo a lo establecido en «el librito» y por ende conservaron la gubernatura entre cozumeleños y chetumaleños, pero hoy en día se acabaron las hojas del citado librito y es casi seguro que en el 2022 se rompa tal alternancia.
Contrario a los políticos chetumaleños quienes hace más de 15 años cambiaron su vocación de servicio por unas monedas, los cancunenses no aflojaron el paso y a pesar que varios han caído en su intento por alcanzar el objetivo (gubernatura), un nuevo puñado sigue firme para alcanzar el objetivo y parece ser que ahora ya no tendrán mayor resistencia para apoderarse del poder político de Quintana Roo.
Mara Lezama, Laura Fernández, Anahí González, Juan Carrillo, Alberto Batun, Pepe de la Peña, Pablo Bustamante, Jorge Aguilar Osorio, Isaac Janix, Chucho Pool, Jorge Rodríguez, Candy Ayuso, Erika Castillo, Luis Alegre, Alejandro Luna, Gerardo Mora, Marybel Villegas, Paty de la Peña, Humberto Aldana, entre muchos otros, representan la nueva generación de políticos cancunenses de donde seguramente saldrá el próximo (a) que dirija los destinos de Quintana Roo.
Quizá muchos quintanarroense desaprueben el análisis, y los respeto, principalmente a la gente de la «vieja guardia» que aún sigue soñando el regreso del famoso «nativismo» o que Quintana Roo únicamente es Chetumal o Cozumel. No los juzgo, los comprendo porque desconocen el «moustro» político y económico que representa Cancún y la famosa Riviera Maya (Puerto Morelos, Solidaridad y Tulum), una porción del territorio quintanarroense que tiene todo para convertirse en el Estado numero 33 de México, pero ese es otro asunto.
Entonces, aunque a los sureños nos encabrite tenemos que aceptar que nuestra «huérfandad» se debe a que los políticos del patio vendieron por dos monedas sus ideales; sus ambiciones personales taparon cualquier rendijo u oportunidad que pudieran tener para escalar y convertirse en una verdadera opción para gobernar Quintana Roo como a finales de los 80’s lo hiciera, Mario Villanueva Madrid.
Estoy plenamente convencido de que el surgimiento de esta clase politica brindará beneficios a las nuevas generaciones de quintanarroenses, porque este mayúsculo grupo reclama más y mejores politicas públicas, y que sus gobernantes actúen bajo la premisa de coresponsabolidad, no bajo dogmas o estereotipos de políticos frustrados o encasillados en el antiguo y vilipendiado sistema político, como viene sucediendo.
Insisto, no dudo que este grupo logre satisfacer las necesidades apremiantes del más de 1.5 millones de quintanarroenses, pero ¿Será que la mayoría de los arriba citados políticos tengab la suficiente madurez o sapiencia de anteponer su proyecto personal al colectivo a fin de consolidar y asegurar la continuidad de su grupo político?
Tiempo al tiempo…