Por: Jesús Amador
Chetumal.- A pesar del «cochinero» heredado por el nefasto e innombrable Othoniel Segovia, en esta ciudad y en otras comunidades del municipio de Othón P. Blanco la sociedad ya percibe la mano del trabajo que viene realizando Yensunni Martínez.
Aún con serios problemas financieros y una maltrecha recaudación hacendaría, en once días el nuevo gobierno municipal ha hecho frente a los principales problemas públicos.
Aún cuando no cuenta con camiones recolectores, desde los primeros minutos de asumir la alcaldía, Yensunni resolvió el caos que se veía venir con la recolección de la basura y
rescatado espacios públicos como parques, banquetas y camellones.
Resolvió el tema del alumbrado en el Boulevard Bahía (considerado el principal atractivo turístico de la ciudad) e implementó un programa para hacer lo propio en las colonias y comunidades rurales. Cambió el rostro del monumento al mestizaje y tramita ante la SCT para tener bien alumbrado el tramo carretero de acceso a Chetumal.
Contrario a lo que habían hecho sus antecesores y a pesar del costo político, la alcaldesa comenzó una verdadera depuración en la nómina capitalina con el objetivo de sanear las finanzas.
En Mahahual, además de ayudar en tareas de limpieza, dialogó con artesanos, masajistas, pequeños empresarios y autoridades estatales, para conocer las alternativas que se tienen para solucionar el problema del sargazo, así como la activación económica.
Además de cumplir con su encomienda como máxima autoridad municipal, Yensunni Martínez no descuida el tema político, y ahí es donde se observa más fortalecida, máxime ahora que el CEN de Morena le encargo el tema de afiliación y ser los «ojos» de su colega, Mara Lezama, en el sur de Quintana Roo.
Entonces, resulta obvio que Yensunni sabe en donde está parada. Está consciente de su responsabilidad. De antemano sabe que los pompeyenses no son «maje» y están ávidos de tener una gobernante que solucione los problemas.